jueves, 3 de septiembre de 2009

¿Es necesario un "periodismo científico"?


¿Cómo se calcula el volumen de una vaca?
Ingeniero: Metemos la vaca dentro de una gran cuba de agua y la diferencia de volumen es el de la vaca.
Matemático: Parametrizamos la superficie de la vaca y se calcula el volumen mediante una integral triple.
Físico: Supongamos que la vaca es esférica…

Este es uno de los chistes más populares de científicos. Con sentido del humor, da una pincelada tópica de la personalidad de cada clase de científico. Sin embargo, para el lector medio puede no tener gracia alguna, porque aparecen términos que quizá no comprenda o porque, simplemente, no conozca la idiosincrasia propia de su día a día. Algo parecido ocurre, a veces, con los congresos científicos.

¿Por qué, en general, los científicos españoles no tienen interés en hablar con los medios? Es curiosa su postura en comparación con los científicos anglosajones en lo que a medios de comunicación se refiere. Y, a la vez, también es curioso que los congresos científicos, conferencias, etc., no se cubran periodísticamente con la misma calidad que como sucede en EEUU. Tal vez haya una relación entre la reticencia de los científicos a hablar con los medios y la ausencia de periodistas especializados, ya que resulta difícil para un no experto transmitir los avances o descubrimientos que se hayan producido. Por no hablar de que el mensaje podría quedar irreconocible…

Es difícil determinar si el poco hábito que existe en España a la hora de cubrir este tipo de congresos está motivado por las políticas de ahorro de los medios de comunicación (tener a un grupo de periodistas tan especializados y enviarlos a cubrir estas noticias conlleva unos costes que ya ni los grandes grupos editoriales están dispuestos a asumir) o por la escasa cultura de divulgación que hay entre los propios científicos. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la ciencia, entre otras cosas, porque vivimos en una sociedad mediatizada en donde lo medios influyen sobremanera en el ciudadano. Por eso llama mucho la atención que los científicos no sean más conscientes de que, en última instancia, gran parte del dinero con el que se financian los proyectos de investigación procede de las arcas públicas y que, por ello, un electorado entusiasmado con los temas científicos sería una herramienta fundamental para reclamar a los políticos más inversiones en este campo.

Para agravar este problema, de vez en cuando aparecen artículos (o, incluso, noticias en los informativos) en los que se quiere hacer de la ciencia un puro espectáculo, con la intención de conseguir adeptos, cayendo en el error de no ser creíbles y con la consiguiente desconfianza por parte del ciudadano. Y no digamos nada de los medios en los que la ciencia aparece como un mero divertimento en donde, habitualmente y por desgracia, se suele representar al científico como un tipo loco, desaliñado y un poco torpe o, en el mejor de los casos, distante de la sociedad y con un lenguaje artificial, que lo único que consiguen es alejar a la verdadera ciencia de la sociedad. La ciencia puede (y es conveniente, en mi opinión) explicarse de forma amena, pero siempre con rigurosidad y respeto. Acercar la ciencia al público o intentar despertar su interés por ella no puede hacerse a cualquier precio, y menos cuando el precio puede ser que no se la tome en serio.

Los congresos son actos científicos en donde, en principio, no tiene por qué haber concesiones en cuanto al lenguaje. No pretenden divulgar ciencia, sino presentar contribuciones a la arena científica. Es decir, en ellos, los científicos exponen sus trabajos y conocen los de sus colegas, se muestran descubrimientos y avances, y todo ello en el lenguaje propio de la ciencia. Entonces, ¿quién puede cubrir un congreso científico? Obviamente, debe ser alguien especializado y conocedor de ese lenguaje. Lo habitual en los medios generalistas ha sido “lanzar” a un periodista a la arena científica, sin especialización previa, para cubrir la noticia de la mejor manera posible y con la dificultad que conlleva el lenguaje de la ciencia. Poco a poco esos periodistas se han “especializado” de forma autodidacta, por su propio interés en el campo y por la experiencia adquirida a través del tiempo. También han existido y existen otros divulgadores con formación científica que, sabedores de la importancia de dicha tarea, han cambiado los centros de investigación por los medios de comunicación, o incluso han sido capaces de compaginar ambos mundos. Afortunadamente, en la actualidad también se puede encontrar formación cualificada en donde un periodista puede especializarse en temas científicos o un científico en la labor periodística.

La tarea del periodista científico es ser capaz de traducir los conceptos científicos a la sociedad, para poder trasladarle la importancia de sus avances. Solo así se establecerá una relación de simbiosis entre la ciencia y la sociedad, ya que la primera verá cómo sus avances son aceptados de forma generalizada y la segunda se beneficiará de dichos avances.

1 comentario:

Xavi dijo...

Yo me sabía el chiste de forma distinta, según quien lo cuente debe hacerlo de manera distinta jaja

¿Cómo se calcula el volumen de una vaca?
Fisico: Metemos la vaca dentro de una gran cuba de agua y la diferencia de volumen es el de la vaca.
Matemático: Cortamos la vaca en cachitos infinitesimales y los integramos.
Ingeniero: Supongamos que la vaca es esférica…

besos de un ingeniero que tuvo que suponer muchas cosas mientras estudiaba ;-)


ciao!

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